A casi cuatro años de la pandemia de covid-19, el virus sigue siendo responsable de numerosas defunciones y hospitalizaciones a nivel mundial. Datos reportados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) del 23 de octubre al 19 de noviembre del 2023, muestran que a nivel mundial hay más de medio millón de nuevos casos de infección por COVID-19[1]. A medida que surgen nuevas variantes del virus y disminuye la inmunidad, existe una necesidad urgente de vacunar al público con una dosis de refuerzo[2].
De hecho, el Grupo Asesor Técnico de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre la Composición de la Vacuna COVID-19 (TAG-CO-VAC) recomienda: “mantener la composición actual del antígeno de la vacuna COVID-19, es decir, un XBB.1.5 monovalente como el de la vacuna COVID-19 actualizada”.[3]
Los datos disponibles sugieren que el virus original y las variantes anteriores como Alfa, Beta, Gamma y Delta ya no están presentes en las personas infectadas. En su lugar, desde febrero de 2022, los virus Ómicron representan más del 98% de las secuencias presentes y constituyen el fondo genético del que probablemente surgirán nuevas variantes del SRAS-CoV-2.1,2
De acuerdo con el Dr. Arturo Vázquez Leduc, Director Médico de Asofarma México: “al dirigirse a las variantes de más fácil transmisión, los refuerzos actualizados de COVID-19 ayudan a proteger contra el virus”.
La vacuna tiene muchas ventajas:
- Es la forma más segura y confiable de generar protección a través de anticuerpos, a diferencia de exponerse y enfermarse de COVID-19.
- Las vacunas pueden proporcionar protección adicional a las personas que han padecido la enfermedad. Pueden evitar la hospitalización en caso de reinfección.
- Mantenerse al día con las vacunas ayuda a controlar el patrón de oleadas, ya que las vacunas se actualizan para hacer frente a las nuevas variantes preocupantes.
Las vacunas autorizadas actualmente ayudan a prevenir la hospitalización, enfermedad grave y muerte por COVID-19, la protección disminuye a medida que el virus muta a variantes inmunológicamente diferentes de las cepas incluidas en las vacunas originales. Se necesitan nuevas formulaciones de vacunas COVID-19 para mejorar la protección contra la enfermedad sintomática1,3 y se seguirán actualizando.
Plataforma ARNm
En este mes se cumplen ya tres años desde que se identificó el primer caso de COVID-19[4], que marcó el inicio de una pandemia que paralizó el mundo, y una carrera científica sin precedentes para desarrollar una vacuna segura y eficaz contra la enfermedad.
La plataforma de ARNm ha permitido dar una respuesta rápida a las variantes emergentes preocupantes, proporcionando la mejor correspondencia posible entre cepas en el menor tiempo posible. Esto incluye versiones dirigidas a las variantes Beta, Delta, Omicron y ahora XBB.1.5.
Moderna ha generado datos preclínicos y clínicos preliminares para su vacuna monovalente actualizada contra XBB.1.5, demostrando una respuesta inmunitaria contra los sublinajes XBB.1.5, XBB.1.16 y XBB.2.3.2. La vacuna ha recibido la aprobación reglamentaria en varios países y regiones, entre ellos Estados Unidos y la Unión Europea, así como México y Chile.