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«Cada año mueren 2.2 millones de mujeres por cáncer de mama»: OMS

In Salud
octubre 21, 2022

«Alimentación sana contra el cáncer de mama, una alternativa para todas: «Fundación Lyncott

Más de tres décadas han pasado desde que se inició el primer movimiento, desde la sociedad civil, contra el cáncer de mama, una enfermedad que se ha convertido en la principal causa de fallecimientos en mujeres a nivel mundial.

En 1991, la estadunidense Charlotte Haley comezó a hacer lazos de color naranja en su hogar iniciando la primera campaña de prevención de esa enfermedad a partir de un cuestionamiento: Del presupuesto anual de mil 800 millones de dólares del Instituto Nacional del Cáncer en Estados Unidos, apenas 5 por ciento se dedicaba a atender el cáncer de mama.

El mensaje llegó al año siguiente a Alexander Penny, editora de la revista femenina Self, quien a su vez replicó la campaña en alianza con Evelyn Lauder, la vicepresidenta general de la firma de belleza Estée Lauder. Fue en la edición de octubre de 1992 que la revista dedicó su tema central a esta lucha precursora, distribuyendo además un millón y medio de lazos rosas.

Esa campaña se ha extendido ya a todos los rincones del planeta, bajo el simbolismo de un moño rosa que emblemáticamente dedica el mes de octubre a difundir la prevención de esa enfermedad, y el día 19 fue declarado por la ONU como el Día Internacional de la Lucha contra el Cáncer de Mama.

A la par de la movilización de la sociedad civil, afortunadamente las instituciones de salud, los organismos regionales y multilaterales, así como los gobiernos de prácticamente la totalidad de las naciones, tomaron la estafeta al dar a este tema la importancia debida.

El reto, sin embargo, sigue vigente. Y es que, de acuerdo con registros de la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año todavía mueren 2.2 millones de mujeres por cáncer de mama, una enfermedad que es prevenible y tratable si se detecta de manera oportuna.

La receta es simple y aparentemente sencilla: tacto periódico de cada mujer en el contorno de sus senos y la consulta con un médico si se descubre la formación de un cuerpo extraño en el interior.

Afortunadamente son cada vez más, millones de mujeres en todo el mundo, que siguen el procedimiento básico para frenar el crecimiento descontrolado de las células mamarias. Eso es el cáncer de mama, y también es prevenible, conforme a la definición de la propia OMS.

Se ha comprobado que una alimentación sana, rica en alimentos naturales que contengan vitaminas y minerales, junto con hábitos como el ejercicio y la supresión de adicciones como el tabaco y el alcohol o los excesos, contribuyen a reducir las probabilidades de desarrollar cáncer de mama.

Myriam Cevallos, directora de la Fundación Lyncott, aconseja el consumo de lácteos y sus derivados, como quesos y yogures, por sus aportes vitamínicos, así como disminuir el consumo de carnes rojas y procesadas; elevar el consumo de leguminosas, así como de frutas y verduras ricas en vitamina C, y limitar la cantidad de sal y grasas en los alimentos. 

Con base en su labor social, también recomienda considerar un par de bocadillos durante el día, sobre todo en el caso de las personas que están bajo tratamiento, de manera que les permita mantener sus niveles de energía. Sugiere en este sentido colaciones con cereales, queso, frutas, gelatinas, semillas y nueces, entre otros.

Lo cierto es que la prevención del cáncer más severo para las mujeres –que también se presenta en hombres, aunque en mucho menor medida– ha sido un desafío constante para la salud pública, dada la repercusión de esta enfermedad en la condicón física. Un cáncer de mama avanzado puede propiciar la muerte, pero incluso si no se detiene a tiempo deja en cada mujer que lo posee perjuicios físicos, emocionales y de autoestima.