Después de cuatro meses, ha llegado a la recta final
La Presidencia Municipal de Querétaro, a través de su Secretaría de Cultura y su Secretaría de Turismo, ha logrado posicionar durante cuatro meses a la Ciudad de Querétaro como uno de los escenarios de mayor convergencia artística y cultural, gracias a la primera edición del Festival Internacional Querétaro Experimental que ha tomado plazas públicas, andadores y rincones del Centro Histórico, como escenarios para que locales y visitantes vivan esta experiencia.
Durante 18 sábados consecutivos, el Festival Querétaro Experimental ha buscado fomentar la convivencia familiar y social, promover la cultura, fortalecer la identidad, el sentido de pertenencia y orgullo por la Ciudad que Queremos. Una experiencia que ha sido pensada para todo público, y que ha permitido disfrutar de la convergencia entre la tradición y la contemporaneidad, a través de las diversas disciplinas artísticas.
Este fin de semana se presentó Lengualerta, un proyecto musical que fusiona géneros como punk, reggae, funk y rap con sonidos prehispánicos y latinoamericano, el cual gracias a su dinamismo musical logró tener un gran impacto en el escenario de Plaza Fundadores; misma plaza donde se presentó Traffic Ensamble, un proyecto de jazz fusion que nace en la ciudad de Querétaro, que con la improvisación toman el free jazz y la música de vanguardia para dar forma y contenido a sus composiciones acompañadas por ritmos utilizados en el funk, el afrobeat, reggae, drum n bass, entre otros.
En la parte teatral se presentó “Voces de la Tierra” y “Voces Etéreas” del grupo de arte alternativo “El Escarabajo”, un grupo de investigación y experimentación teatral que surge en el año 2000 y continúa presentándose de manera independiente. También se presentó “Abdicación”, de Sorginak Teatro, quienes presentaron una obra muestra de la infancia de Juana de Arco que al escuchar la profecía de “La doncella de Lorena”, cree que ésta puede cambiar su destino.
En el escenario de Jardín Zenea se llevaron a cabo la presentación de Wateke, un espectáculo que se caracteriza al integrar vestimentas, tambores, cantos y ritmos de cultura mandinga, con la cual los espectadores disfrutaron de la armonía y cadencia de los tambores dundun, sangban Kenkeny y djembe en diferentes ritmos con una danza característica y significativa como los “Soli, fakoly y zauoli”.
Finalmente Jerry ZZZ concluyó con una presentación musical llena de melancólicas piezas de Dark Jazz y Downtempo paranormal: piano, cuerdas y voces como apariciones sobre una base de ritmos glitcheados y melodías fantasmagóricas.