En un país con una población como la de México, que además de padecer sobre todo caries y enfermedades periodontales, tiene en tercer lugar problemas generalizados de maloclusión, es decir mala “mordida”, como se le dice popularmente a la función masticatoria, es de gran importancia poner el foro de atención esta afección.

Con ese propósito y por sus diversas ventajas, en los últimos años ha tomado fuerza una herramienta que es cada vez más usada por los profesionales del sector, como lo explica la doctora Hilda Torre Martínez, presidenta de la Asociación Mexicana de Ortodoncia (AMO): “Algo que inquieta mucho a los pacientes y nos ha hecho cambiar un poco los tratamientos de ortodoncia, es que solicitan que estos sean estéticos. Así hemos pasado de las bandas a los brackets metálicos, y de estos a los brackets estéticos que pueden ser de porcelana o safiro. Pero lo que hoy está de moda son los alineadores”. 

Estos alineadores, que hoy cobran popularidad y que están hechos de resinas plásticas termoformadas, en realidad existen desde principios de los años ochenta, aunque ya desde 1971 surgieron los primeros retenedores “invisibles”, que tenían ciertas cualidades pero no precisamente las de invisibilidad: aún eran bastante obvios y no ayudaban mucho a disimular que se estaba en un tratamiento para lograr alinear los dientes y tener una sonrisa armónica.

Con el tiempo, las mejoras en materiales y tecnologías se hicieron patentes y hoy los especialistas pueden acudir a una variedad de soluciones que no sólo ayudan a corregir una deficiente oclusión, sino que también el alineamiento se logra en menor tiempo y, muy importante, sin necesidad de recurrir a ligas, alambres o aparatosos brackets.

Los últimos avances en la biomecánica de los alineadores serán expuestos en Master Classes en la 55 versión anual del Congreso Internacional de Ortodoncia a realizarse en Monterrey, entre el 28 de febrero y el 4 de marzo. Ahí se revisarán las novedades en miniplacas, minitornillos, expansión maxilar, MSE, desviación mandibular, tratamientos biprotusivos y otros desarrollos con los que los profesionales se apoyan para lograr que los pacientes tengan mejores y más rápidos resultados.

Diversos estudios sobre las preferencias de pacientes infantiles y adolescentes, o investigaciones acerca de la percepción de belleza, atractivo y aceptación social que derivan de los diferentes métodos y aparatos que se usan en el consultorio, destacan que la demanda social por tratamientos ortodónticos estéticos se ha incrementado en los años recientes.

Tan es así que actualmente 62% de los pacientes rechaza cualquier tratamiento en el cual se coloquen aparatos visibles para las demás personas. Y un aplastante 97% de quienes van a atenderse una maloclusión solicita un tratamiento de ortodoncia (y si este puede ser discreto, mucho mejor).

La experiencia profesional ha demostrado durante los últimos 10 años que el tratamiento con alineadores resuelve exitosamente problemas como el “apiñamiento” mandibular –que hace que los dientes se encuentren amontonados–, y ayuda en la reducción interproximal y la proinclinación de incisivos por falta de espacio.

Otra gran ventaja de los sistemas de alineadores removibles, prescritos y supervisados por especialistas, es su calidad “quitapón”: debido a que es posible removerse a voluntad, el paciente puede quitárselos para comer ciertos alimentos, por ejemplo chocolates chiclosos, elotes o palomitas de maíz, y posteriormente volverlos a poner.  

Periódico El Mosquito

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